“Cuando la diversidad se hace realidad”
✍️ Por Noelia Azcona[1]
Un encuentro con la justicia y la empatía
En el marco de la invitación a participar en el simposio titulado “Idiomas Coloniales en el Derecho: Analizando el legado y los límites de los sistemas legales que no reflejan las lenguas nativas”, que se celebrará el próximo 20 de febrero en Nueva York y en el contexto del Día Internacional de la Lengua Materna, quise compartir una experiencia relevante vivida en el Juzgado a mi cargo.
El acceso a la justicia es un derecho fundamental, pero muchas veces las barreras lingüísticas pueden convertirlo en un privilegio inalcanzable. Lo que experimentamos en este caso traído a estudio nos recordó que la empatía y la voluntad de encontrar soluciones pueden cambiar vidas.
La barrera del idioma en los tribunales
En esta situación particular nos encontramos ante una barrera objetiva de acceso a la justicia: el idioma. Nuestro Juzgado, ubicado en la provincia de Córdoba, Argentina, es de habla hispana en su totalidad. Sin embargo, la persona justiciable era de habla quechua y de origen boliviano. Se trataba de una madre biológica, a quien debíamos notificarla del cese de una medida excepcional y la consecuente declaración de adoptabilidad de su hija de 10 años (según el artículo 607, inciso c, del Código Civil y Comercial de Argentina). La progenitora solo hablaba quechua y su único medio de enlace con el idioma español era su hermano, quien actuaba como traductor informal.
Nos cuestionamos si esa traducción familiar e improvisada era suficiente y adecuada, dado que no existía un control sobre la fidelidad del mensaje que se le transmitía (no se conocían de las intenciones del hermano, quien no era parte del proceso).
Además, en el tipo de juicio que se estaba llevando a cabo el Código Civil y Comercial de Argentina establece que la progenitora biológica tiene derecho a intervenir en el expediente (artículo 608 CCC[2]), lo que hacía aún más urgente garantizar su plena comprensión de la situación.
Buscando soluciones: justicia y lenguaje claro
Afortunadamente, los magistrados cordobeses contamos con el programa AJUV (Acceso a la Justicia de Sectores Vulnerables) del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. A través de dicho programa se han desarrollado materiales sobre los derechos de los pueblos originarios, destacando la importancia del lenguaje claro y comprensible en los procesos judiciales.
Así, la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (OEA, 2016) [3]reconoce el derecho de los pueblos originarios a comprender y hacerse comprender en su lengua en procesos administrativos y judiciales, garantizando el acceso a intérpretes o medios adecuados de comunicación.
Siguiendo esta línea, se le designó una abogada patrocinante gratuita y de oficio. Se trabajó en forma conjunta con la Defensoría Pública en turno (Ministerio Público de la Defensa) en su rol de representatividad de dicha progenitora, intentando aplicar un enfoque de interseccionalidad. Para ello, basamos nuestra mirada en las "Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad"[4]. La madre justiciable reunía múltiples factores de vulnerabilidad simultáneamente, a saber:
- Mujer: La discriminación de género agrava los obstáculos para acceder a la justicia.
- No parlante de español: Su idioma materno era el quechua, dificultando su comprensión de los procedimientos.
- Migrante: Su nacionalidad y residencia en Argentina añadían una capa de vulnerabilidad, ya que ella era de otro país (Bolivia).
- Sin ingresos propios: La pobreza supone una barrera adicional para acceder a sus derechos.
- Perteneciente a un pueblo originario: Las comunidades indígenas enfrentan desafíos específicos en el acceso a la justicia.
- Perteneciente a una minoría lingüística: Su derecho a expresarse en su idioma debía ser garantizado.
El reto no era solo facilitar su acceso a la justicia, sino principalmente garantizar su derecho a la información (Regla 49 de Brasilia), permitiéndole comprender plenamente el proceso que se estaba ventilando en el Juzgado y las opciones legales con las que ella contaba como justiciable.
Una solución desde la empatía
Nos pusimos en lugar de dicha mujer ¿Cómo sería estar en un entorno hostil, sin comprender nada de lo que se dice ni poder expresarse libremente? Esto despertó la empatía de todos los agentes judiciales involucrados y nos motivó a encontrar una solución pensando entre todos.
Sabíamos que dentro del Juzgado no teníamos los recursos lingüísticos necesarios para ayudar a comprender (para entendernos), así que buscamos ayuda externa. Nos contactamos con el Instituto de Culturas Aborígenes de Córdoba (ICA)[5], quienes colaboraron de manera invaluable. El ICA es una institución educativa, con tareas de investigación, difusión y participación comunitaria.
- Primero, desde el Juzgado redactamos un texto en lenguaje claro y sencillo sobre lo que se estaba resolviendo (cese de la medida excepcional con declaración de estado de adoptabilidad de una niña de 10 años).
- Luego, la Defensoría Pública hizo lo propio, asegurando de informarle a su representada sobre las alternativas recursivas que tenía a disposición.
- Finalmente, el Instituto de Culturas Aborígenes tradujo el documento al quechua, ello tanto en formato escrito como oral. Enviaron al Juzgado un audio de WhatsApp con la traducción verbal de lo que previamente se había elaborado de forma cautelosa en español.
El día fijado para la celebración de la audiencia en mi despacho, llevé desde mi hogar al tribunal un parlante para utilizar vía Bluetooth lo que tenía en el celular. Así se pudo reproducir el audio grabado por los profesionales del ICA frente a la progenitora, quien no hablaba español, pero sí entendía a la perfección lo que todos estábamos escuchando en altavoz. En ese momento, todo cambió.
El impacto de ser escuchada
Cuando la mujer escuchó el mensaje en su propio idioma, su expresión se transformó. Pasó de la incertidumbre y el aislamiento a la claridad y el entendimiento. Nos abrazó, sonrió y miró a su hermano con alegría. Por primera vez, comprendió su situación, la de su hija biológica y sus derechos.
No era una buena noticia la que se le estaba dando, afectaba su historia vital, se había priorizado el bienestar de su hija y eso significaba que sería otro el camino para la niña (no junto ella), pero el hecho de haberlo -aquella madre- comprendido, dio paso a otro nivel de entendimiento y claridad de sus historias vitales. El hecho de poder entenderlo y procesarlo en su lengua le dio otra perspectiva. Dejó de ser una simple espectadora en el proceso y se convirtió en una persona informada y partícipe de su propia historia. Pudo sacarse las dudas y expresar su opinión, incluso brindó alivio al Tribunal al manifestar que ella estaba de acuerdo con lo que se estaba decidiendo.
Conclusión: Un pequeño esfuerzo, una gran diferencia
Este caso nos recordó que el acceso a la justicia no se trata solo de leyes y procedimientos, sino de garantizar la comprensión, a través de la utilización de un lenguaje claro y accesible.
A veces, una acción tan simple como encontrar la forma adecuada de comunicación puede marcar la diferencia entre la exclusión y la inclusión. El lenguaje claro no es solamente un detalle, sino que -como enseña el autor Leonardo Altamirano- “hace a la transparencia y eficacia del Poder Judicial”[6]. En definitiva, constituye un aspecto constitutivo –y no tangencial- de la tarea de los tribunales.
Así cuando la diversidad se hace realidad, la justicia se vuelve más equitativa y humana.
En el Juzgado a mi cargo, ese día todos sentimos que por un momento aquella mujer fue un poco menos vulnerable y que la Justicia habló su idioma.
[1] Jueza de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género y Penal Juvenil en la Tercera Circunscripción Judicial de la provincia de Córdoba, Argentina. Ha sido investigadora y docente en el marco de la Universidad Nacional de Córdoba. Ha escrito libros en coautoría y artículos científicos en temas variados del derecho, centrándose en debates penales, los derechos de la infancia y de sectores vulnerables. Ha disertado en el marco del Centro de Perfeccionamiento Ricardo Núñez dependiente del Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba.
[2] https://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#16
[3] chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.oas.org/es/sadye/documentos/res-2888-16-es.pdf
[4] chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2009/7037.pdf
[5] http://icaborigen.edu.ar/
[6] Altamirano, Leonardo “Lenguaje claro y discurso jurídico”, Toledo Ediciones, Córdoba (Argentina), año 2023.
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